TRASFORMACION
Un día me invito a cenar en un restaurante de moda y luego fuimos a bailar. Me compro un vestido negro espectacular, que dejaba más de medio muslo a la vista, escote cerrado por que no tenía pecho. Presumió de chica ante sus amigos, luego supe que algunos eran gays pero la mayoría no. Al final de la noche, me propuso que fuera a vivir a su casa, ser una perra 24/7, que lo pensara, porque mi vida cambiaría completamente. Le conteste que era mi Amo y yo su esclavo, que si deseaba eso, no tenía nada que pensar, solo obedecer y complacerle. Yo llevaba tiempo deseándolo, imaginar mi alegría. Salimos rápidamente de la discoteca, directo a su casa, bueno a nuestra casa. Esa noche hicimos el amor por primera vez y hasta ese momento, la única vez que lo hicimos, fue magnifico.
A la mañana siguiente me informó que disponía de una semana para arreglar mis asuntos. A los tres días le avise que ya estaba preparado para ir a vivir a su casa. Quedamos en que al día siguiente me trasladaría.

Otra obligación que tenia era, siempre que no durmiera en la jaula, despertarle con una buena mamada.
Me apunto a un gimnasio de un conocido suyo, dándole indicaciones de los ejercicios que debía realizar, para amoldar mi cuerpo lo más posible al de una mujer. Como es lógico debía ir vestido de chica.
También visitamos a un medico que me dio un tratamiento hormonal, al poco tiempo mi voz se fue aclarado, dejando cualquier tono grave a un lado y mis pechos comenzaron a crecer. Estando sola en casa me gustaba mirarme los pechos en un espejo y comencé a medirlos para comprobar lo que iban agrandándose, lentos pero seguros. La gimnasia también ayudaba en ello.
Me adapte a mi nueva vida, ya era una chica, me sentía muy femenina y me encantaba la lencería, como a mi Señor.

Cuando me recupere de la intervención, me anillo los pezones, lo hizo mi Señor por su propia mano. Dolió pero fue muy grande y agradable la sensación de verme así.
El día del aniversario de ir a vivir con el, me dijo que como era suya, me iba hacer el regalo de llevar su marca personal para que cualquiera supiera que de su propiedad. Eso me asusto, sabia que era una marca a fuego, pero era lo que deseaba mi Dueño así que no dije nada, solo obedecí y acepte.
Ya han pasado 5 años y cada día lo espero como si fuera el primero.
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