

Fui a buscarla después de desayunar. Estaba despierta, había orinado y defecado. Se la veía humillada. Eso me gusto. La solté de la argolla y la ordene que limpiara lo que había ensuciado. Como no tenía elementos para hacerlo, uso sus manos, se pringo mucho. Le dije que me siguiera. Entramos en la casa y la lleve al baño para que se aseara. Mientras que lo hacia la observe, tenia un bonito y juvenil cuerpo. Tendría que mantenerlo así. Le indique, que de ella dependía, que viviera en la casa o en el cobertizo.
La lleve a la cocina para que desayunara, mientras tanto la fui dando indicaciones sobre algunas tareas que iba a realizar, además de servirme personalmente. Otra obligación que tendría era mantener el peso, todas las semanas la iba a pesar y por cada gramo que engordara iba a recibir un azote.
Cuando terminó la puse de rodillas ante mí, me saque la polla y dije ahora toma tu postre. En lugar de obedecer, me habló. Se que me vas a castigar por hablar pero tengo que decirte que no se como se hace, nunca he estado con un chico, soy virgen. Eso ya lo sabía, pense yo, pero me hizo gracia con la inocencia que lo dijo. La oriente un poco y comenzó a hacerme una mamada, mal desde luego. Tardo bastante en conseguir que me vaciara pero me dio mucho placer. En esta ocasión no sufrió arcadas, la hice enseñarme la boca con mi semen. Trágalo, la dije. Después me enseño su boca vacía.

A mi regreso, vi su piel roja tanto por los azotes como el sol, su piel estaba caliente. La desate y en el cobertizo la refresque mojándola con una manguera. He pensado, le dije, que tal vez sea necesario que me hables en alguna ocasión por decisión tuya, así que te autorizo a que me pidas permiso y si te lo doy, me digas lo que sea. Asintió con la cabeza y me pidió permiso para hablar. Se lo di. Yo estaba aprendiendo a ser amo y ella a ser esclava y tal vez seria bueno para ambos. Simplemente me dio las gracias por esto. La conteste que para darme las gracias no tenía que pedir permiso.
Paso la tarde realizando las tareas que tenia encomendadas y otras que se me ocurrieron sobre la marcha. Me sirvió la cena. Luego cenó ella en la cocina.
La llame para que pusiera a 4 patas delante de mí, para reposar mis pies en su espalda mientras me tomaba una copa.
Me fui a la cama, ella detrás de mí. Me acosté y la dije lame. Después de un buen rato, acaricie a mi esclava. Cuando sintió mi mano se estremeció. Tenia la piel suave, a pesar de las marcas rojizas. Pechos duros y altos, los pezones también duros, esta excitándose, pense. Con suavidad pase la mano por su concha, estaba húmeda, bueno un poco. Una vez que me corrí en su boca y se trago mi semen, la hice bajar de la cama, atándola de su collar a una pata de la cama, sobre una esterilla, aquí dormirás. Gracias Amo, dijo.

La hice salir de la jaula, estiro sus músculos. Aunque había decidido que la esclava estuviera desnuda siempre, vi que me gustaban las fotos de esclavas con algunas correas. Abrí la caja, le enseñe las correas y dije estas serán tu ropaje. Se las puse, iban con unas anillas enganchadas en el collar del cuello, daban la vuelta por su entrepierna, subían por la espalda al collar, luego tenia otra correa que rodeaba su torso por debajo de sus pechos a modo de sujetador.
Entramos a la casa y en el baño la entre las cosas que traía del pueblo, útiles depilación y cremas para la piel, le dije que solo quería ver pelo en su cabeza, que del cuello para abajo tenia que estar completamente depilada. Le pregunte si había entendido, y claro me dijo que no. Se lo explique, tirándole de los pelos que la sobraban, especialmente de los de su sexo y eso la dolió. Se quedo en baño cumpliendo mi mandato. Se tenia que presentar ante mi cuando terminara.
Estaba en la cocina cuando vino. Brazos en cruz la ordene, revise sus axilas, estaban bien, luego le dije que separa las piernas. Estaban suaves especialmente los muslos, luego mire su culo, quedaba algún pelillo suelto, con los dedos se lo arranque, pero estaba depilado y le dije que con la practica lo haría perfecto. Llegue a su sexo, completamente depilado, me gusto mucho su tacto, era suave, caliente y estaba húmedo, pense que seria una perra caliente. La acaricie la cara.

Como piensas hacerlo, le pregunte. Lamiendo tu polla, que es la única que conozco, respondió. Me sonreí. Hazlo y comenzó a lamer mi pene, noto como iba creciendo en su boca. Era la primera vez que empezaba desde cero. Se aplico, yo la dije que fuera más despacio. Quería disfrutar de la boca de mi esclava. Cuando termine, trago mi semen y sonrío. La puse de pie, tenia los pezones duros y la vagina húmeda.
La conduje al cobertizo, la ate en "X" y comencé con una fusta, recorrí su cuerpo y especialmente su vagina. Luego probo el látigo, aullaba la perra, entre sus gritos y la visión de las marcas sobre su piel, me excite. Mi pene parecía que iba a estallar. Al desatarla, se callo al suelo, no podía sostenerse de pie. La ayude, su coño esta empapado. La puse sobre una mesa, con las piernas colgando y bien abiertas. La penetre de un solo golpe, se estremeció. La folle como un poseso. Cuando vi que iba a llegar, salí de ella y se la puse en la boca, me corrí allí.
A continuación la apoye por la cintura sobre un palo, las manos se las ate a un lateral. Le fui abriendo el ano con mis dedos y mojándolo con saliva. Cuando considere, la penetre el culo, con cuidado, ya que era virgen. Mi pene terminó de crecer dentro. Me deleito hacerlo despacio, ella trato de participar moviéndose, no se si llego o no, eso no importa, pero mi orgasmo fue muy intenso. Como premio la deje dormir esa noche en mi cama.

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