miércoles, 20 de julio de 2011

LA HERENCIA-2


Después de comer fui a verla, antes de entrar, la observe. Estaba tumbada y sin llorar. Cuando noto que entraba, me miro. Le dije que no podía hablarme si antes no le dirigía yo la palabra. Se llamaba Rosa, yo la dije que para ella mi nombre era Amo, solo eso. Le puse dos platos, de los que se usan para que coman los perros con agua y comida. No hizo gesto de usarlos. Pregunte que si no tenia sed o hambre, dijo que no. Busque por el cobertizo y encontré una vara. Comencé a azortala, grito y gimió, me gustó mucho ver las marcas rojizas en su piel. Deje de azotarla y la informe que no importaba lo que quisiera o no quisiera, que si la daba comida ella comía por que era mi deseo. Se acerco a los platos y comenzó a beber y a comer con lo hacen los perros. Seguro que no le resultaba cómodo, Cuando iba por la mitad ya no llegaba bien, así que la desate las manos y los tobillos. Apuro los platos.

Yo estaba con una erección tremenda y aunque no pensaba hacerlo, me saque el miembro y la dije que tomara el postre. No hizo nada, no sabia a lo que me refería. Debía ser virgen, pero muy virgen. La atraje del pelo y se la metí en la boca, Chupa la ordene. Que mal lo hacia, la peor mamada de mi vida y para colofón cuando llegue le dieron arcadas y escupió mi semen. Me enfurecí. La azote de nuevo, no muy fuerte pero si durante mucho rato y sin parar de insultarla. La deje en el cobertizo para que pasara allí la noche.

Fui a buscarla después de desayunar. Estaba despierta, había orinado y defecado. Se la veía humillada. Eso me gusto. La solté de la argolla y la ordene que limpiara lo que había ensuciado. Como no tenía elementos para hacerlo, uso sus manos, se pringo mucho. Le dije que me siguiera. Entramos en la casa y la lleve al baño para que se aseara. Mientras que lo hacia la observe, tenia un bonito y juvenil cuerpo. Tendría que mantenerlo así. Le indique, que de ella dependía, que viviera en la casa o en el cobertizo.

La lleve a la cocina para que desayunara, mientras tanto la fui dando indicaciones sobre algunas tareas que iba a realizar, además de servirme personalmente. Otra obligación que tendría era mantener el peso, todas las semanas la iba a pesar y por cada gramo que engordara iba a recibir un azote.

Cuando terminó la puse de rodillas ante mí, me saque la polla y dije ahora toma tu postre. En lugar de obedecer, me habló. Se que me vas a castigar por hablar pero tengo que decirte que no se como se hace, nunca he estado con un chico, soy virgen. Eso ya lo sabía, pense yo, pero me hizo gracia con la inocencia que lo dijo. La oriente un poco y comenzó a hacerme una mamada, mal desde luego. Tardo bastante en conseguir que me vaciara pero me dio mucho placer. En esta ocasión no sufrió arcadas, la hice enseñarme la boca con mi semen. Trágalo, la dije. Después me enseño su boca vacía.

Salimos de la casa, la ate a un árbol y la di unos 20 correazos. La deje atada, dentro un rato iba a dar el sol y esperaba que sus rayos le hicieran sufrir un rato. Me fui a dar una vuelta por los campos de labor de la hacienda.

A mi regreso, vi su piel roja tanto por los azotes como el sol, su piel estaba caliente. La desate y en el cobertizo la refresque mojándola con una manguera. He pensado, le dije, que tal vez sea necesario que me hables en alguna ocasión por decisión tuya, así que te autorizo a que me pidas permiso y si te lo doy, me digas lo que sea. Asintió con la cabeza y me pidió permiso para hablar. Se lo di. Yo estaba aprendiendo a ser amo y ella a ser esclava y tal vez seria bueno para ambos. Simplemente me dio las gracias por esto. La conteste que para darme las gracias no tenía que pedir permiso.

Paso la tarde realizando las tareas que tenia encomendadas y otras que se me ocurrieron sobre la marcha. Me sirvió la cena. Luego cenó ella en la cocina.

La llame para que pusiera a 4 patas delante de mí, para reposar mis pies en su espalda mientras me tomaba una copa.

Me fui a la cama, ella detrás de mí. Me acosté y la dije lame. Después de un buen rato, acaricie a mi esclava. Cuando sintió mi mano se estremeció. Tenia la piel suave, a pesar de las marcas rojizas. Pechos duros y altos, los pezones también duros, esta excitándose, pense. Con suavidad pase la mano por su concha, estaba húmeda, bueno un poco. Una vez que me corrí en su boca y se trago mi semen, la hice bajar de la cama, atándola de su collar a una pata de la cama, sobre una esterilla, aquí dormirás. Gracias Amo, dijo.

Al día siguiente baje al pueblo ya que tenia que comprar algunas cosas y recoger un paquete que había solicitado por internet, la deje en el cobertizo, encerrada en una jaula.

La hice salir de la jaula, estiro sus músculos. Aunque había decidido que la esclava estuviera desnuda siempre, vi que me gustaban las fotos de esclavas con algunas correas. Abrí la caja, le enseñe las correas y dije estas serán tu ropaje. Se las puse, iban con unas anillas enganchadas en el collar del cuello, daban la vuelta por su entrepierna, subían por la espalda al collar, luego tenia otra correa que rodeaba su torso por debajo de sus pechos a modo de sujetador.

Entramos a la casa y en el baño la entre las cosas que traía del pueblo, útiles depilación y cremas para la piel, le dije que solo quería ver pelo en su cabeza, que del cuello para abajo tenia que estar completamente depilada. Le pregunte si había entendido, y claro me dijo que no. Se lo explique, tirándole de los pelos que la sobraban, especialmente de los de su sexo y eso la dolió. Se quedo en baño cumpliendo mi mandato. Se tenia que presentar ante mi cuando terminara.

Estaba en la cocina cuando vino. Brazos en cruz la ordene, revise sus axilas, estaban bien, luego le dije que separa las piernas. Estaban suaves especialmente los muslos, luego mire su culo, quedaba algún pelillo suelto, con los dedos se lo arranque, pero estaba depilado y le dije que con la practica lo haría perfecto. Llegue a su sexo, completamente depilado, me gusto mucho su tacto, era suave, caliente y estaba húmedo, pense que seria una perra caliente. La acaricie la cara.

Le pregunte que si la dejaba elegir un premio, cual quería. Quedo pensativa un momento y me dijo Amo elegiría tu polla. Respuesta incorrecta dije. Entonces, me pregunto, cual es la respuesta. Evidentemente, dije, una esclava no elige, lo correcto hubiera sido "el premio que mi Amo considere". Siendo así, supongo que me merezco un castigo, dijo. Observe que tenia los pezones duros, no lo dude, se los retorcí varias veces, se los estire. Primero chillo, pero termino aullando. Le pregunte de nuevo que premio quería, evidentemente contesto de forma correcta. Me pidió permiso para hablar, se lo di. Puedo hacerte una petición Amo. Hazla respondí. Me he visto en un espejo, dijo, me gusta como me sientan las correas, ya se que eso no importa, en señal de agradecimiento puedo darte placer.

Como piensas hacerlo, le pregunte. Lamiendo tu polla, que es la única que conozco, respondió. Me sonreí. Hazlo y comenzó a lamer mi pene, noto como iba creciendo en su boca. Era la primera vez que empezaba desde cero. Se aplico, yo la dije que fuera más despacio. Quería disfrutar de la boca de mi esclava. Cuando termine, trago mi semen y sonrío. La puse de pie, tenia los pezones duros y la vagina húmeda.

La conduje al cobertizo, la ate en "X" y comencé con una fusta, recorrí su cuerpo y especialmente su vagina. Luego probo el látigo, aullaba la perra, entre sus gritos y la visión de las marcas sobre su piel, me excite. Mi pene parecía que iba a estallar. Al desatarla, se callo al suelo, no podía sostenerse de pie. La ayude, su coño esta empapado. La puse sobre una mesa, con las piernas colgando y bien abiertas. La penetre de un solo golpe, se estremeció. La folle como un poseso. Cuando vi que iba a llegar, salí de ella y se la puse en la boca, me corrí allí.

A continuación la apoye por la cintura sobre un palo, las manos se las ate a un lateral. Le fui abriendo el ano con mis dedos y mojándolo con saliva. Cuando considere, la penetre el culo, con cuidado, ya que era virgen. Mi pene terminó de crecer dentro. Me deleito hacerlo despacio, ella trato de participar moviéndose, no se si llego o no, eso no importa, pero mi orgasmo fue muy intenso. Como premio la deje dormir esa noche en mi cama.

Llego el día en que se marcaban las reses de la nueva generación. Se hacia una fiesta con los peones. Me había informado previamente y era una buena ocasión para marca a mi esclava. Lo prepare todo. Cuando se termino con los caballos, le llego el turno a ella, no sabia nada como era normal. Los mozos la ataron los tobillos y la tumbaron en el suelo. Engancharon una cuerda y fue izada, quedando cabeza abajo. La pusieron un palo en la boca con la orden de que mordiera. Uno de los mozos la abrazo para sujetarla y otro le acerco el hierro candente, a su nalga, con la marca de mi rancho. A pesar del palo, chillo y comenzó a llorar. Cuando di el visto bueno, le aplicaron un emplaste para evitar infecciones. La bajaron y quedo en el suelo, llorando. La recogí para irnos a casa y me dijo ahora si que soy tuya Amo.

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